Dos antologíasde poetasnorteamericanas


UN NARCISISMO BÁSICO

Presentamos aquí una selección de poemas de autoras norteamericanas traducidos –torsionados: pasados por la propia voz, la propia historia– por dos poetas argentinas. Originalmente publicados en dos antologías en los años ochenta y noventa, siguen teniendo una vigencia desestabilizadora: la necesidad de reeditar se torna un imperativo, un acto de generosidad con los nuevos lectores. María Negroni y Diana Bellessi realizan un recorte disímil (apenas coinciden en una poeta), enfocándose cada una en un campo del lenguaje que podemos leer como manifiesto de su propia visión de la poesía. Más allá de la arbitrariedad de toda antología, ambas señalan que se trata de la construcción de un linaje. Y es ahí donde nos interesa asentar un territorio: en la reunión de estas genealogías, un modo coral de traerlas al presente, cuestionarlas, celebrarlas. 

Cada libro de traducciones, una vez escrito, tiene su historia casual y anecdótica, pero también un pulso que lo hace: perdurar vivo en el tiempo a través del vínculo con los lectores; o caducar en el fondo de una biblioteca. Tenemos la certeza de la vitalidad de estos dos libros; vamos ahora a reconstruir algunos aspectos concretos, materiales, del devenir de estos poemas. Los editores de Salta el Pez (Rosario Salinas, Alan Talevi y Marina Baudracco) reconstruyen la deriva de Contéstame, baila mi danza: “La antología fue publicada por primera vez en 1984, por el mítico sello editorial de Víctor Redondo, Ediciones Último Reino (1979-2010). Y luego nunca más, hasta mediados de los 90, no en nuestro país sino en Venezuela. En 1999 hubo un amague de reedición por otra editorial que ya no existe: aunque la presentación fue anunciada, nunca se llegó a imprimir. En su primera edición incluía a seis poetas norteamericanas con las que había entrado en contacto en sus viajes por Estados Unidos en plena ebullición antibélica y mientras la segunda ola feminista estaba, allá, en su apogeo. En la segunda edición se agregaron siete poetas más de lo que Diana llama su comarca de la traducción.”  

Las versiones de M. Negroni, que fueron publicadas en noviembre del 2020 por Editorial Bajo la Luna, son el resultado de un procedimiento de cajas chinas. Un libro que se despliega y transforma en otro y otro y otro. Valentina Rebasa, editora del sello, repasa el origen de Una especie de fe: “El primer libro que publicamos, en 1993, fue Ciudad Gótica, un libro que reunía su experiencia en la Nueva York de fines de los ochenta y primeros noventa. Ese libro estaba dividido en dos partes: la primera, Melpómene en Manhattan, era un recorrido por el teatro, la música, el arte y la poesía neoyorkina; y la segunda, La pasión del exilio, era un conjunto de semblanzas –arte mínimo de la biografía y la crítica– de poetas mujeres que María había estudiado con rigor y deleite. Diez años después, decidimos hacer una nueva edición, pero en aquel momento, además, agregamos un segundo libro, cuyo título fue La pasión del exilio, que presentaba una antología de estas poetas norteamericanas, enfocada en los poemas a los que hacía referencia en las semblanzas. Otros quince años después, es decir ahora, nos pareció necesario reunir los dos títulos en uno solo: Una especie de fe.” 

En un fragmento del prólogo de Ciudad Gótica, que luego replica en La pasión del exilio, M.Negroni escribe: “Mis disquisiciones son autorretratos. En cada una de las poetas elegidas, creí ver dilemas compartidos, insubordinaciones y miedos conocidos y, a partir de ese postulado, insuficiente y seguramente erróneo, no vacilé en proponer teorías y explicaciones que acaso yo sola necesite. Rescato, sin embargo, esos textos por lo que tienen de celebración: en ellos elijo una genealogía”. De un modo similar, D. Bellessi habla de las identificaciones variadas de la tarea de la traducción, al tiempo que se trata de un homenaje, una deuda de amor.

En el prólogo a Una especie de fe, Negroni desarrolla sus dudas y convicciones con respecto a la marginalidad de la escritura de las mujeres. En relación a las certezas, afirma que “sólo la fuerza del movimiento social de las mujeres permite la difusión de la contienda literaria; la de medir con fervor la oposición a aquellos parámetros que ¡desde Platón! postulan la trascendencia de lo profundo en desmedro de lo superficial, equiparando por supuesto lo femenino a esto último; la de desconfiar de toda estética que descarte la fiesta de la diferencia y lo múltiple, sabiendo que allí donde se impone un “deber ser” se oculta mal un desprecio por lo que las mujeres han producido.” Y siguiendo el argumento, podemos agregar, a modo de cierre, las palabras de Bellessi: “Nuestro reciente acceso a la condición de persona, rememoración que aquí puede parecer obvia, pero que considero aún poco discutida e instrumentada en la reflexión local, lleva a las escritoras de las últimas décadas a preguntarse constantemente sobre la construcción de su propia subjetividad como mujeres, abandonando más y más los patrones binarios, y a observar que carecemos de una suficiente galería de espejos donde reflejarnos, o donde puedan reflejarse ciertas peculiaridades de nuestra mirada al mundo para posibilitar la construcción de un, llamémoslo así, narcisismo básico que nos permita reconocernos, decir yo, esta mujer que escribo.

 Contéstame, baila mi danza (Salta el pez, 2019): Muriel Rukeyser, Denise Levertov, June Jordan, Ursula K. Le Guin, Judy Grahn, Olga Broumas, Adrienne Rich, May Sarton, Diane Di Prima, Mary Oliver, Lucille Clifton.  

Una especie de fe (Bajo la Luna, 2020): Marianne Moore, Elizabeth Bishop, Anne Sexton, H. D., Sylvia Plath, Adrienne Rich, Louise Glück, Lorine Niedecker, Rosmarie Waldrop y Susan Howe.

Portada de UNA ESPECIE DE FE @MaríaNegroni, Bajo La Luna, Buenos Aires, 2020

UNA ESPECIE DE FE


Versiones deMaría Negroni

MARIANNE MOORE

¿QUÉ SON AÑOS?

                                                        (de What Are Years, 1941)

  

         ¿Qué es nuestra inocencia,

qué nuestra culpa? Todos estamos

         desnudos, nadie a salvo. ¿Y de dónde viene

el coraje: la pregunta sin responder,

la duda persistente —

que llama muda, oye sorda— eso que

en la desdicha, incluso en la muerte

         alienta a otros

         y en su derrota empuja

 

         al alma a ser fuerte? Lejos

ve y es feliz aquél que

         acepta la mortalidad

y en su prisión se alza

por encima de sí

como el mar en un abismo, y lucha por ser

libre sin lograrlo,

         en el acto de rendirse

         encuentra su permanencia.

 

         Así, aquél que siente intensamente,

se comporta como debe. El mismo pájaro,

         que crece al cantar, acoraza

su forma vertical. A pesar del cautiverio,

su canto poderoso

dice: la satisfacción es poca

cosa, qué pura es la dicha.

         Esto es ser mortal.

         Esto ser eterno.

 

 

WHAT ARE YEARS?

 

         What is our innocence,

what is our guilt? All are

         naked, none is safe. And whence

is courage: the unanswered question,

the resolute doubt –

dumbly calling, deafly listening – that

is misfortune, even death,

         encourages others

         and in its defeat, stirs

 

the soul to be strong? He

sees deep and is glad, who

         accedes to mortality

and in his imprisonment rises

upon himself as

the sea in a chasm, struggling to be

free and unable to be,

         in its surrendering

         finds its continuing.

 

         So he who strongly feels,

behaves. The very bird,

         grown taller as he sings, steels

his form straight up. Though he is captive,

his mighty singing

says, satisfaction is a lowly

thing, how pure a thing is joy.

         This is mortality,

         this is eternity.

 

 

ELIZABETH BISHOP

 

HOMBRE-POLILLA 

                                                                    (de North & South, A Cold Spring, 1946)

 

                     Aquí, arriba,

las grietas de los edificios se llenan de luz de luna maltrecha.

Toda la sombra del Hombre no alcanza el tamaño de su sombrero.

Descansa a sus pies como un base para muñecas,

y él parece un alfiler invertido, la punta imantada hacia la luna.

No ve la luna; observa sólo sus vastas propiedades,

siente la extraña luz sobre sus manos, ni fría ni cálida,

de una temperatura que ningún termómetro podría medir.

 

         Pero cuando el Hombre-Polilla

baja de visita, en forma ocasional, al pavimento,            

ve la luna de otro modo. Emerge                  

de una alcantarilla al borde de una vereda                

y empieza a escalar nervioso el frente de los edificios.

Piensa que la luna es un huequito en la cima del cielo,

y que el cielo, por eso mismo, no es tan protector como se cree.

Tiembla, pero necesita  saber hasta dónde es capaz de trepar.

 

                     Arriba de las fachadas,

con su sombra a cuestas como un trapo de fotógrafo en la espalda,               

sube temeroso, pensando que esta vez logrará

empujar su cabecita a través de ese limpio hueco redondo,

forzado a atravesarlo, como desde un tubo, en negros rollos sobre la luz.

(Quien lo mira desde abajo, carece de tales ilusiones).            

Pero aquello que el Hombre-Polilla teme, debe afrontarlo por más que

fracase, por supuesto, y vuelva a caer asustado, aunque bastante indemne.

 

                     Regresa luego

a los pálidos refugios de cemento que considera su hogar. Revolotea,

se aturde, y no logra abordar con suficiente rapidez

los trenes silenciosos. Las puertas se cierran con violencia.

El Hombre-Polilla siempre se sienta al revés

y el tren parte de inmediato a una velocidad total, terrible,

sin cambios de carril ni graduación alguna.

No puede calcular a qué velocidad viaja hacia atrás.                 

 

                     Cada noche debe                            

cruzar túneles artificiales y soñar sueños recurrentes.

Así como los neumáticos ruedan bajo el tren, éstos subsisten en         

su mente vertiginosa. No se atreve a  mirar por la ventanilla

el riel electrificado, la intacta bocanada de veneno,

que corre ahí a su lado. Ve en esto una enfermedad

para la que tuviera una tendencia hereditaria. Tiene que poner

las manos en los bolsillos como otros necesitan bufandas.             

 

                     Si lo atrapas,

busca su ojo con la linterna. Es una pupila toda oscura,

una noche entera en sí misma, cuyo horizonte orlado se tensa

cuando clava la vista atrás y cierra el ojo. Luego, de los párpados

una lágrima, su única posesión, como del aguijón de la abeja, resbala.

A hurtadillas, la pone en su palma y, si no prestas atención,

se la tragará. Si vigilas, en cambio, ha de entregártela,

fresca como manantial y lo bastante pura para beber.

 

 

 THE MAN-MOTH*

 

 

                                Here, above,

cracks in the buildings are filled with battered moonlight.

The whole shadow of Man is only as big as his hat.

It lies at his feet like a circle for a doll to stand on,

and he makes an inverted pin, the point magnetized to the moon.

He does not see the moon; he observes only her vast properties,

feeling the queer light on his hands, neither warm nor cold,

of a temperature impossible to record on thermometers.

 

                                But when the Man-Moth

pays his rare, although occasional, visits to the surface,

the moon looks rather different to him. He emerges

from an opening under the edge of one of the sidewalks

and nervously begins to scale the faces of the buildings.

He thinks the moon is a small hole at the top of the sky,

proving the sky quite useless for protection.

He trembles, but must investigate as high as he can climb.

 

                                Up the façades,

his shadow dragging like a photographer’s cloth behind him,

he climbs fearfully, thinking that this time he will manage

to push his small head through that round clean opening

and be forced through, as from a tube, in black scrolls on the light.

(Man, standing below him, has no such illusions.)

But what the Man-Moth fears most he must do, although

he fails, of course, and falls back scared but quite unhurt.

 

                                Then he returns

to the pale subways of cement he calls his home. He flits,

he flutters, and cannot get aboard the silent trains

fast enough to suit him. The doors close swiftly.

The Man-Moth always seat himself facing the wrong way

and the train starts at once at its full, terrible speed,

without a shift in gears of a gradation of any sort.

He cannot tell the rate at which he travels backwards.

 

                                Each night he must

be carried through artificial tunnels and dream recurrent dreams.

Just as the ties recur beneath his train, these underlie

his rushing brain. He does not dare look out the window,

for the third rail, the unbroken draught of poison,

runs there beside him. He regards it as a disease

he has inherited the susceptibility to. He has to keep

his hands in his pockets, as others must wear mufflers.

 

                                If you catch him,

hold up a flashlight to his eye. It’s all dark pupil,

as an entire night itself, whose haired horizon tightens

as he stares back, and closes up the eye. Then from the lids

one tear, his only possession, like the bee’s sting, slips.

Slyly he palms it, and if you’re not paying attention

he’ll swallow it. However, if you watch, he’ll hand it over,

cool as from underground springs and pure enough to drink.

 

* La palabra “man-moth” no existe en inglés. Bishop la encontró en un periódico como un error de imprenta, en lugar de «mammoth» que significa tanto «especie extinta de animal» como «extremadamente grande» (algo así como mamut o mastodonte). Literalmente, “man-moth” es hombre-polilla.

 

H.D DOOLITTLE

 

(de Trilogy, The Flowering of the Rod Section, 1944-1946)

 

Satisfechos, insatisfechos,

saciados o entumecidos por el hambre,

 

ésta es la eterna urgencia,

ésta la desesperación, el deseo de equilibrar

 

la mutación eterna;

comprendes ese llamado insistente,

 

esta exigencia de un momento dado,

la voluntad del goce, la decisión de vivir,

 

no tan sólo la intención de perdurar,

la voluntad del vuelo, la voluntad del logro,

 

la voluntad de descansar después de un largo vuelo;

pero ¿quién conoce la atroz urgencia

 

de esos pájaros — reales o tal vez ahora

míticos —que buscan descanso sin hallarlo

 

hasta que caen del punto más alto de la espiral

o del más íntimo centro de un círculo cada vez más

         ceñido?

 

pues ellos recuerdan, recuerdan, al mecerse y

         revolotear

lo que antes era — recuerdan, recuerdan—

 

ellos no se desviarán — conocieron la bienaventuranza—

el fruto que satisface — ya regresaron—

 

y ¿si las islas se pierden? ¿si las aguas

cubren las Hespérides? ellos preferirían recordar—

 

recordar los manzanos dorados;

Oh, no los compadezcas, mientras los ves caer uno por

uno,

pues caen exhaustos, anestesiados, ciegos,

pero en un cierto éxtasis,

 

pues de ellos es el hambre

del Paraíso.

 

 

 

Satisfied, unsatisfied,

satiated or numb with hunger,

 

this is the eternal urge,

this is the despair, the desire to equilibrate,

 

the eternal variant;

you understand that insistent calling,

 

that demand of a given moment,

the will to enjoy, the will to live,

 

not merely the will to endure,

the will to flight, the will to achievement,

the will to rest after long flight;

but who knows the desperate urge

 

of those others – actual or perhaps now

mythical birds – who seek but find no rest

 

till they drop from the highest point of the spiral

or fall from the innermost centre of the ever-narrowing

               circle?

 

for they remember, they remember, as they sway and

               hover,

what once was – they remember, they remember –

 

they will not swerve – they have known bliss,

the fruit that satisfies – they have come back –

 

what if the islands are lost? what if the waters

cover the Hesperides? they would rather remember –

 

remember the golden apple-trees;

O, do not pity them, as you watch them drop one by

               one,

 

for they fall exhausted, numb, blind

 but in certain ecstasy,

 

for theirs is the hunger

for Paradise.

 

 

SYLVIA PLATH

 

MUJER SIN HIJOS

                    (de Collected Poems, 1981)

 

El útero

Pulsa su membrana, la luna

Se desprende del árbol sin tener adónde ir.

 

Mi paisaje es una mano sin líneas.

Caminos anudados en los cuales

Yo misma soy el nudo,

 

Yo misma la rosa que alcanzas–

Este cuerpo,

Este marfil

 

Divino como alarido de niño.

Como la araña, urdo espejos,

Fiel a mi imagen,

 

Profiriendo sólo sangre–

¡Prueba su rojo oscuro!

Y mi bosque

 

Mi funeral,

Y esta colina y este

Resplandecer con bocas de cadáveres.

 

 

CHILDLESS WOMAN

 

The womb

Rattles its pod, the moon

Discharges itself from the tree with nowhere to go.

 

My landscape is a hand with no lines,

The roads bunched to a knot,

The knot myself,

 

Myself the rose you achieve–

This body,

This ivory

 

Godly as a child’s shriek.

Spiderly, I spin mirrors,

Loyal to my image,

 

Uttering nothing but blood–

Taste its dark red!

And my forest

 

My funeral,

And this hill and this

Gleaming with the mouths of corpses.

 

 

ANNE SEXTON

 

QUERER MORIR

                                            (de Live or Die, 1966)

 

Ya que preguntas, casi nunca puedo recordar.

Avanzo vestida, sin marcas de ese viaje.

Luego la lujuria sin nombre retorna.

 

Ni siquiera entonces tengo algo contra la vida.

Conozco bien las hojas de hierba que mencionas,

los muebles que pusiste bajo el sol.

 

Pero los suicidas hablan un idioma especial.

Como carpinteros, quieren saber con qué herramientas.

No preguntan para qué construir.

 

Dos veces me expresé con esa sencillez,

poseí al enemigo, devoré al enemigo,

adopté su oficio, su magia.

 

Así, pesada y alerta,

más tibia que el agua o el aceite

descansé babeando por la boca.

 

No preví que punzarían mi cuerpo.

Hasta la córnea y la orina sobrante se llevaron.

Los suicidas traicionan al cuerpo de antemano.

 

Muertos sin haber nacido, no siempre mueren,

encandilados no pueden olvidar una droga tan dulce

que incluso los niños aprobarían sonriendo.

 

¡Empujar toda esa vida con la lengua—

eso, por sí solo, se vuelve una pasión.

La muerte es un hueso triste; magullado se diría,

 

y aun así ella me espera, año tras año,

para deshacer con ternura una vieja herida,

para librar mi aliento de su horrenda prisión.

 

Meciéndose ahí, los suicidas se juntan a veces

Maldicen a la fruta, esa luna llena,

abandonan el pan que confundieron con un beso,

 

dejando el libro abierto al azar,

algo sin decir, el tubo descolgado,

y una infección en lo que fue, acaso, el amor.

 

 

WANTING TO DIE

 

Since you ask, most days I cannot remember.

I walk in my clothing, unmarked by that voyage.

Then the almost unnameable lust returns.

 

Even then I have nothing against life.

I know well the grass blades you mention,

the furniture you have placed under the sun.

 

But suicides have a special language.

Like carpenters they want to know which tools.

They never ask why build.

 

Twice I have so simply declared myself,

have possessed the enemy, eaten the enemy,

have taken on his craft, his magic. 

 

In this way, heavy and thoughtful,

warmer than oil or water,

I have rested, drooling at the mouth-hole.

 

I did not think of my body at needle point.

Even the cornea and the leftover urine were gone.

Suicides have already betrayed the body.

 

Still-born, they don’t always die,

but dazzled, they can’t forget a drug so sweet

that even children would look on and smile.

 

To thrust all that life under your tongue! –

that, all by itself, becomes a passion.

Death’s a sad bone; bruised, you’d say,

 

and yet she waits for me, year after year,

to so delicately undo an old wound,

to empty my breath from its bad prison.

 

Balanced there, suicides sometimes meet,

raging at the fruit, a pumped-up moon,

leaving the bread they mistook for a kiss,

 

leaving the page of the book carelessly open,

something unsaid, the phone off the hook

and the love, whatever it was, an infection.

 

ADRIANNE RICH

 

TRADUCCIONES

                                            (de Diving into the Wreck, 1972)

 

Me muestras los poemas de otra mujer

de mi edad, o más joven

traducidos de tu idioma al mío

 

Ciertas palabras recurren: enemigo, horno, dolor

suficientes para entender

que esa mujer vive en mi tiempo

 

obsesionada

 

con el Amor, nuestro tema:

lo hemos adherido como hiedra a nuestros muros

horneado como pan en nuestros hornos

llevado como tobilleras de plomo

observado con binoculares como si

fuera un helicóptero

que viene a saciarnos el hambre

o el satélite

de un poder hostil

 

Empiezo a ver que esa mujer

hace cosas: revuelve el arroz

plancha una camisa

transcribe un manuscrito hasta el alba

 

trata de hacer una llamada

desde una cabina telefónica

 

El teléfono suena con insistencia

en la habitación de un hombre

ella oye que él le dice a alguien

No importa. Se cansará.

Oye que él está narrando su historia a su hermana

que se transforma en su enemiga

y cuando llegue el momento

alumbrará su propio sendero hacia el dolor

 

ignorando que esta forma de desconsuelo

es compartido, innecesario

y político

 

 

TRANSLATIONS

 

You show me the poems of some woman

my age, or younger

translated from your language

 

Certain words occur: enemy, oven, sorrow

enough to let me know

she’s a woman of my time

 

obsessed

 

with Love, our subject:

we’ve trained it like ivy to our walls

baked it like bread in our ovens

worn it like lead on our ankles

watched it through binoculars as if

it were a helicopter

bringing food to our famine

or the satellite

of a hostile power

 

I begin to see that woman

doing things: stirring rice

ironing a skirt

typing a manuscript till dawn

 

trying to make a call

from a phonebooth

 

The phone rings unanswered

in a man’s bedroom

she hears him telling someone else

Never mind. She’ll get tired.

hears him telling her story to her sister

who becomes her enemy

and will in her own time

light her own way to sorrow

 

ignorant of the fact this of grief

is shared, unnecessary

and political

 

LOUISE GLÜCK 

 

CREPÚSCULO DE SEPTIEMBRE

(de El iris salvaje, 1992)

 

Yo los convoqué,

puedo prescindir de ustedes—

 

Me han cansado, caos

del mundo viviente—

Sólo puedo extenderme

cierto tiempo hacia una cosa viva.

 

Los convoqué a la existencia

abriendo mi boca, levantando

el dedo meñique, trémulos

 

azules del áster

silvestre, capullo

del lirio, inmenso,

lleno de venas doradas—

 

ustedes van y vienen; al final

se me olvidan sus nombres.

 

Ustedes van y vienen, todos

con algún defecto,

de algún modo frágiles, no valen

más que una vida, no más que eso.

 

Yo los convoqué;

puedo borrarlos

como si fueran un boceto a descartar,

un ejercicio

 

pues yo mismo los urdí, visión

del duelo más hondo.

 

 

SEPTEMBER TWILIGHT

 

I gathered you together,

I can dispense with you –

 

I’m tired of you, chaos

of the living world –

I can only extend myself

for so long to a living thing.

 

I summoned you into existence

by opening my mouth, by lifting 

my little finger, shimmering

 

blues of the wild

aster, blossom

of the lily, immense,

gold-veined –

 

you come and go; eventually

I forget your names.

 

You come and go, every one of you

flawed in some way,

in some way compromised; you are worth

one life, no more than that.

 

 I gathered you together

 I can erase you

as though you were a draft to be thrown away,

an exercise

 

because I’ve finished you, vision

of deepest mourning.

 

 

LORINE NIEDECKER

 

(de The Granite Pail, 1985)

 

Vivió— veranos de niñez

    con pies descalzos

años de pobreza luego

    y calor

 

junto al río   — de la inundación

    recibió su madera, perro,

mujer, la perdió, hija—

    prólogo

 

a plantar árboles. Enterró carpa

    bajo el rosal

donde todavía hierba

     el carril de marcha va.

 

A los banqueros de las tierras altas

    les abrió su bodega.

Quiso que su única hija

    trabajara en el banco

 

pero le dio una herramienta

    como sostén— 

un matorral de lenguaje,

    un pantano a cuenta.

 

 

He lived – childhood summers

               thru bare feet

then years of money’s lack

               and heat

 

beside the river – out of flood

               came his wood, dog,

woman, lost her, daughter –

               prologue

 

to planting trees. He buried carp

               beneath the rose

where grass-still

               the march rail goes.

 

To bankers on high land

               he opened his wine tank.

He wished his only daughter

to work in the bank

 

but he’d given her a source

               to sustain her –

a weedy speech,

a marshy retainer.

 

ROSMARIE WALDROP

 

(de The Reproduction of Profiles, 1987)

 

A fin de comprender la naturaleza del lenguaje empezaste a pintar, pensando que la lógica del referente quedaría expuesta apenas resolvieras la oposición entre punto, línea y color. De unas palabras que resbalaban por las escalas del sentido, me distrajo el humo que se filtraba en mi aliento. Esperé la llama, el pasaje del ojo al mundo. Al amanecer te metiste en la cama, exhausto, alertándome contra el riesgo de sacar conclusiones de un lienzo ciego. Yo aventuré que una línea podía representar una torre que llegara al cielo o, también, la lluvia en el acto de caer. Respondiste que el mundo estaba acaparando demasiado espacio ya.

 

 

In order to understand the nature of language you began to paint, thinking that the logic of reference would become evident once you could settle the quarrels of point, line and color. I was distracted from sliding words along the scales of significance by smoke on my margin of breath. I waited for the flame, the passage from eye to world. At dawn, you crawled into bed, exhausted, warning me against drawing inferences across blind canvas. I ventured that a line might represent a tower that would reach the sky, or, on the other hand, rain falling. You replied that the world was already taking up too much space.

 

 

SUSAN HOWE

 

(de Pitagorean Silence, 1982) 

 

edad de la tierra y nosotros hablando

 

una frase           o personaje

de pronto

 

sale a buscar la verdad    fracasa

cae

 

en un chorro de tinta       La secuencia

se pierde

 

tiene que seguir

 

agitando fábulas y rostros       Guerra

acciones de guerra

 

maniobrando entre puntos

entre

 

dos puntos cualquiera           es decir

lo que queremos                   (lo que está en juego)

 

coordenadas y entonces

 

se abre una nube          pasan minutos

es decir

 

cuál

visión         posibles imágenes bajo la alfombra

 

sinopsis

plateadas y grises

 

fraudes engendrados por segundo

(son azules)              o más negros

 

bandadas de palabras en vuelo      tensas

como una orden

 

arrojada a los cuervos

 

 

 

age of earth and us all chattering

 

a sentence           or character

suddenly

 

steps out to seek for truth                fails

falls

 

into a stream of ink          Sequence

trails off

 

must go on

 

waving fables and faces War

doings of the war

 

manoeuvering between points

between

 

any two points                    which is

what we want                      (issues at stake)

 

bearings and so

 

holes in a cloud are minutes passing

which is

 

which

view     odds of images swept rag-tag

 

silver and grey

epitomes

 

seconds  forgeries engender

(are blue)           or blacker

 

flocks of words flying together     tense

as an order

 

cast off to crows

Portada de LA PASIÓN DEL EXILIO @MaríaNegroni, Bajo La Luna, Buenos Aires, 2003

Portada de CONTÉSTAME, BAILA MI DANZA, Salta El Pez ediciones, Buenos Aires, 2019

CONTÉSTAME, BAILA MI DANZA


VERSIONES DEDIANA BELLESI

MURIEL RUKEYSER

 ANÉMONA

 

Mis ojos se cierran, se abren mis ojos.

Miras en mí con tu mirada alerta.

 

Mi boca se cierra, se abre mi boca.

Esperas con tus rojas promesas.

 

Mi sexo se cierra, se abre mi sexo.

Cantas y ofreces la entrada.

 

Mi vida se cierra, se abre mi vida.

Estás aquí.

 

 

ANEMONE

 

You are looking into me with your waking look.

My eyes are closing, my eyes are opening

My mouth is closing, my mouth is opening.

You are waiting with your red promises.

My sex is closing, my sex is opening.

You are singing and offering : the way in.

My life is closing, my life is opening.

You are here.

 

LA CONJUGACIÓN DEL PARAMECIO

 

Esto no tiene

nada que ver

con la propagación

 

La especie

como muchas otras

(entre las criaturas más pequeñas)

se perpetúa

por fisión

 

(y esta especie

es muy pequeña

la siguiente en orden

a la ameba, la iniciadora)

 

El paramecio

entonces, consigue

la inmortalidad

dividiéndose

 

Pero cuando el paramecio

desea renovación

fuerza           un gozo diferente

esto es lo que

hace el paramecio:

 

El paramecio

se acuesta junto

a otro

paramecio

 

Lentamente        inexplicablemente

se produce

el intercambio

donde

algunos pedazos

del núcleo de uno

se intercambian

 

por algunos pedazos

del núcleo

del otro

 

Esto se llama

la conjugación del paramecio

 

 

THE CONJUGATION OF THE PARAMECIUM 

 

This has nothing

to do with

propagating

 

The species

is continued

as so many are

(among the smaller creatures)

by fission

 

(and this species

is very small

next in order to

the amoeba, the beginning one)

 

The paramecium

achieves, then,

immortality

by dividing

 

But when

the paramecium

desires renewal

strength another joy

this is what 

the paramecium does:

 

The paramecium

lies down beside

another paramecium

 

Slowly inexplicably

the exchange

takes place

in which

some bits

of the nucleus of each

are exchanged

 

for some bits 

of the nucleus

of the other

 

This is called

the conjugation of the paramecium.

 

 

 

 PARA MI HIJO

 

Desciendes de poetas, reyes, arruinados, predicadores,

     fracasados por opción, constructores de ciudades, vendedores,

los grandes rabinos, los reyes de Irlanda, tenderos de

     lencerías descuidadas, hermosas mujeres de las canciones,

magníficos jinetes, padres tiránicos en la orilla del

     océano, madres occidentales mirando al oeste lejano

           desde sus ventanas,

las familias que escapan apresuradas en la noche cruzando el mar;

las torres circulares de los célticos atardeceres violetas,

los enfermos, los radiantes, los voladores, hombres arrojados

/ del pueblo,

      el hombre sobornado por sus primos para que no entre al pueblo,

                  maestros, el cantor de los viernes por la noche, los periódicos

                         sensacionalistas,

mujeres fuertes estrechando tiernas relaciones, la niña

        judía que va a la escuela parroquial, los chicos

                 compitiendo con sus veleros sobre los Lagos helados,

la mujer que inmóvil frente al diamante en la vitrina

  de terciopelo dice: “Maravilla de la naturaleza”.

Como todos los hombres,

desciendes de cantantes, de ghettos, de hambrunas,

      guerras y rechazo de guerras, hombres que alzaron aldeas

convertidas en nuestras ciudades solares, estudiantes,

revolucionarios, marejadas de edificios, periódicos del mercado,

un sastre pobre en un cuarto sombrío,

un hombre del desierto, el héroe de las minas, el astrónomo, una

      mujer pálida que enseña piano hora tras hora con su muñeca

      acalambrada,

como todos los hombres,

no has visto la cara de tu padre

pero el canto, costa de los cielos, por siempre te lo evoca, en sueños,

        donde sea que encuentres un hombre haciendo de padre, padre

      en medio de nuestra luz, en medio de nuestra oscuridad,

y en tu yo integrado contigo mismo y con los otros,

tus ancestros las estrellas.

 

 

FOR MY SON

 

You come from poets, kings, bankrupts, preachers,

         attempted bankrupts, builders of cities, salesmen,

the great rabbis, the kings of Ireland, failed drygoods

         storekeepers, beautiful women of the songs,

great horsemen, tyrannical fathers at the shore of ocean,

         the western mothers looking west beyond from

         their windows,

the families escaping over the sea hurriedly and by

         night–

the roundtowers of the Celtic violet sunset,

the diseased, the radiant, fliers, men thrown out of

        town, the man bribed by his cousins to stay out of

        town, teachers, the cantor on Friday evening, the

        lurid newspapers,

strong women gracefully holding relationship, the

        Jewish girl going to parochial school, the boys

        racing their iceboats on the Lakes,

the woman still before the diamond in the velvet

        window, saying “Wonder of nature.”

Like all men,

you come from singers, the ghettoes, the famines, wars

        and refusal of wars, men who built villages

that grew to our solar cities, students, revolutionists, the

        pouring of buildings, the market newspapers,

a poor tailor in a darkening room,

a wilderness man, the hero of mines, the astronomer, a

        white-faced woman hour on hour teaching piano

        and her crippled wrist,

like all men,

you have not seen your father’s face

but he is known to you forever in song, the coast of the

        skies, in dream, wherever you find man playing

        his part as father, father among our light, among

        our darkness,

and in your self made whole, whole with yourself and

        whole with others,

the stars your ancestors.

 

 

DENISE LEVERTOV

 

HABLANDO AL DOLOR

 

Ah dolor, no debo tratarte

como a un perro sin hogar

que llega a la puerta de atrás

por un hueso pelado, una costra de pan.

Debo confiar en ti.

 

Debo llevarte con paciencia

hasta la casa y darte

tu propio rincón,

un felpudo gastado

para que te acuestes,

tu propio plato de agua.

 

Piensas que te ignoro

viviendo en mi portal.

Anhelas un lugar verdadero listo

antes del invierno. Necesitas

tu nombre,

tu collar y tu medalla. Necesitas

el derecho de alejar a los intrusos,

de hacer

de mi casa la tuya

y tuya mi persona

y a ti mismo

mi propio perro.

 

 

TALKING TO GRIEF

 

Ah, grief, I should not treat you

like a homeless dog

who comes to the back door

for a crust, for a meatless bone.

I should trust you.

 

I should coax you

into the house and give you

your own corner,

a worn mat to lie on,

your own water dish.

 

You think I don’t know you’ve been living

under my porch.

You long for your real place to be readied

before winter comes. You need

your name,

your collar and tag. You need

the right to warn off intruders,

to consider my house your own

and me your person

and yourself

my own dog.

 

 

 

ANHELO

 

Torcer el cuello del cisne, buscando

un pequeño lenguaje de gotas de sangre.

 

Cómo hablar de la sangre, el cielo

está empapado con ella.

 

Un pequeño lenguaje

de rocío, entonces.

 

Se seca.

 

Un lenguaje

de hojas bajo los pies.

Las hojas sobre el árbol, hablan

temblando. Los álamos

       tiemblan y hablan

si te acercas a ellos.

 

 

CRAVING

 

Wring the swan’s neck, seeking

a little language of drops of blood.

 

How can we speak of blood, the sky

is drencher with it.

 

A little language

of dew, then.

 

It dries.

 

A language

of leaves underfoot.

Leaves on the tree, trembling

in speech. Poplars

tremble and speak

if you draw near them.

 

ÚRSULA LE GUIN

 

PARA LA CASA NUEVA

 

Que esta casa se llene con olores de la cocina

y con sombras y juguetes y nidos de ratones

y rugidos de furia y cascadas de lágrimas

y hondos silencios sexuales y sonidos

de origen misterioso nunca explicados

y tesoros y regalos y miles de deshechos

y un flujo como un viento cálido pero más lento

soplando las hojas de los árboles y libros y años

de pez de la vida de un niño revoloteando plateados

rápido, rápido en la lenta ráfaga incesante

que ondula las cortinas un momento

todos esos años desde ahora, hacia atrás.

Que puedan los umbrales y los marcos bendecidos

bendecir a cada paso.

Que puedan los techos pero no los cuartos conocer la lluvia.

Que las ventanas conozcan claramente

la rama y la flor del manzano.

Y que podáis estar en esta casa

como la música está en el instrumento.

 

 

FOR THE NEW HOUSE

 

May this house be full of kitchen smells

and shadows and toys and nests of mice

and roars of rage and waterfalls of tears

and deep sexual silences and sounds

of mysterious origin never explained

and troves and keepsakes and a lot of junk

and a flowing like a warm wind only slower

blowing the leaves of trees and books and the fish-years

of a child´s life silvery flickering

quick, quick in the slow incessant gust

that billows out the curtains a moment

all those years from now, ago.

May the sills and doorframes

be in blessing blest at every passing.

May the roof but not the rooms know rain.

May the windows know clearly

the branch and flower of the apple tree.

And may you be in this house

as the music is in the instrument.

 

ADRIANNE RICH

 

NOCHES Y DÍAS

 

Una y otra vez se encienden las estrellas

los jacintos se alzan como llamas

en los baldíos barridos por el viento

a mitad del alto Broadway

donde los desolados buscan la luz del sol

los días se mezclan y fluyen en años

mientras los ríos arden y se hielan

y me pregunto y te pregunto

qué visiones habrán de reclamarnos

cuáles sostendremos

cómo seguiremos vivas

cómo nos tocaremos, qué sabremos

y habremos de decirnos mutuamente.

 

Las imágenes se forman y esfuman en mi mente:

caminamos por una ciudad

de la que huiste, volviste y vuelves todavía

a la que vi una vez tras la escarcha del invierno

años atrás, antes de conocerte,

antes de conocerme.

Caminamos por calles que sabes de memoria desde niña

calles que has gastado y borrado en sueños:

portales con arabescos, árboles, estatuas del siglo XIX.

Vamos de la mano así que puedo verlo

todo como tú lo ves

te sigo en tus sueños

tu pasado, los lugares

que ninguna de nosotras puede explicar a nadie.

 

Estamos paradas en el viento

de una playa vacía, la embestida del oleaje

me habla de Point Reyes, o quizás alguna costa

al norte del Pacífico que ninguna vio.

En la fina niebla espectral nuestro cabello

es gris como el mar,

quien nos viera desde lejos diría que somos dos ancianas

espíritus del mar, quizás, o hermanas del rocío

pero juntos nuestros pechos empiezan a cantar

tus ojos sobre mi boca.

 

Me despierto temprano

en una cama que compartimos por años

me quedo mirando tu inocente, sagrado sueño

como si fuera la primera vez.

Hemos estado juntas tantas noches y días,

este día no es inusual.

Camino hacia una ventana que mira al este, levanto las persianas;

la ciudad que nos rodea está inmóvil

en la mañana clara de octubre

envuelta en su luz indestructible.

 

Una y otra vez se encienden las estrellas

los jacintos se alzan como llamas

en los baldíos barridos por el viento

a mitad del alto Broadway

donde los desolados buscan la luz del sol

los días se mezclan y fluyen en años

mientras los ríos arden y se hielan

y me pregunto y te pregunto

qué visiones habrán de reclamarnos

cuáles sostendremos

cómo seguiremos vivas

cómo nos tocaremos, qué sabremos

y habremos de decirnos mutuamente.

 

 

 

NIGHT AND DAYS

 

The stars will come out over and over

the hyacinths rise like flames

from the windswept turf down the middle of upper Broadway

where the desolate take the sun

the days will run together and stream into years

as the rivers freeze and burn

and I ask myself and you, which of our visions will claim us

which will we claim

how will we go on living

how will we touch, what will we know

what will we say to each other

 

Pictures form and dissolve in my head:

we are walking in a city

you fled, came back to and come back to still

which I saw once through winter frost

years back, before I knew you,

before I knew myself.

We are walking streets you have by heart from childhood

streets you have graven and erased in dreams:

scrolled portals, trees, nineteenth-century statues.

We are holding hands so I can see

everything as you see it

I follow you into your dreams

your past, the places

none of us can explain to anyone.

We are standing in the wind

on an empty beach, the onslaught of the surf

tells me Point Reyes, or maybe some northern

Pacific shoreline neither of us has seen.

In its fine spectral mist our hair

is grey as the sea

someone who saw us far-off would say we were two old women

Norns, perhaps, or sisters of the spray

but our breasts are beginning to sing together

your eyes are on my mouth

 

I wake early in the morning

in a bed we have shared for years

lie watching your innocent, sacred sleep

as if for the first time.

We have been together so many nights and days

this day is not unusual.

I walk to an eastern window, pull up the blinds:

the city around us is still

on a clear October morning

wrapped in her indestructible light.

 

The stars will come out over and over

the hyacinths rise like flames

from the windswept turf down the middle of upper Broadway

where the desolate take the sun

the days will run together and stream into years

as the rivers freeze and burn

and I ask myself and you, which of our visions will claim us

which will we claim

how will we go on living

how will we touch, what will we know

what will we say to each other.

 

 

 

PODER

 

Viviendo           en los sedimentos terrestres          de nuestra historia

 

Hoy una excavadora reveló                entre los flancos desmenuzados

          / de la tierra

una botella           ámbar          perfecta             cien años de edad

remedio para la fiebre            o la melancolía               un tónico

para vivir sobre la tierra             en los inviernos de este clima

 

Hoy estuve leyendo sobre Marie Curie:

debió saber que sufría              de un mal radioactivo

su cuerpo bombardeado durante años              por el elemento

que había purificado

Parece que negó hasta el fin

el origen de las cataratas de sus ojos

la piel agrietada y supurante           de las yemas de sus dedos

hasta que ya no pudo sostener               un tubo de ensayo o un lápiz en

      / las manos

 

Murió          una célebre mujer         negando

sus heridas

negando

que sus heridas           provenían        de la misma fuente que su poder

 

 

POWER

 

Living               in the earth-deposits          for our history

 

Today a backhoe divulged                            out of a crumbling flank of earth

one bottle              amber                  perfect            a hundred-year-old

cure for fever        or melancholy                a tonic

for living on this earth                 in the winters of this climate

 

Today I was reading about Marie Curie:

she must have known she suffered                         from radiation sickness

her body bombarded for years             by the element

she had purified

It seems she denied to the end

the source of the cataracts on her eyes

the crack and suppurating skin                 of her finger ends

till she could no longer hold              a test-tube or a pencil

 

She died              famous woman           denying

her wounds

denying

her wounds            came               from the same source as her power

 

JUDY GRAHN

 

LOS SENTIDOS EN LA FORMA

 

El interior del museo Indio de Arizona

es fresco. Una mujer está parada frente al mostrador

vendiendo sus objetos familiares. “Soy una Pima”

dice. “Hemos estado siempre aquí.

La gente dice, ¿dónde fueron los Anasazi?

Pero nosotros estamos aquí, no partimos nunca.

Fuimos campesinos siempre.

Nos prometieron agua para nuestras huertas,

pero ellos se la están llevando. Mi hija

hizo los cestos; sólo a las niñas se les enseña

cómo hacerlo. Mi hijo hizo este morral”.

Palmea la pequeña bolsa de cuero suave,

espesa con tupidos adornos de cuentas, amarillas,

y azules, rojas y blancas. El diseño: nubes,

un pájaro, un hombre, la tierra.

“Esta pintura cuenta una historia”, dice.

Sus ojos negros mirando adentro y afuera.

“Nadie que compre esto lo entenderá–

los sentidos en la forma. Lo que es

realmente valioso”. Nubes. Un

pájaro. Un hombre. La tierra. Sus dedos

palpan las cuentas. “Hay una historia aquí.

Lleva tres días y tres noches contarla”.

 

 

THE MEANINGS IN THE PATTERN 

 

The interior of the Arizona Indian museum

is cool. A woman stands at the counter,

selling her family wares. “I am a Pima”,

she says. “We have always been here.

People say, where did the Anasazi go?

But we are right here, we never left.

We were farmers, always.

We were promised water for our garden,

now they are taking it. My daughter

made the baskets; only girls are taught

to do it. My son made this pouch.”

She pats the small soft leather purse,

thick with close beading, red and white,

yellow and blue. The design: clouds,

a bird, a man, the earth.

“This picture tells a story”, she says.

Her black eyes looking inward and outward.

“No one who buys this could ever understand–

the meanings in the pattern. What it is

really worth.” Clouds. A

bird. A man. The earth. Her fingers

feel the beads. “There is a story here,

it takes three days and nights to tell it.”

 

 

OLGA BROUMAS

 

HAY GENTE QUE NO EXPLORA 

EL INTERIOR DE LAS FLORES…

 

Sandra Hochman

 

Con el límpido

especulum plástico, transparente

y ya inserto, rosado como el carapacho

convexo de un camarón, linterna en mano, yo

te guío

en la pequeña

catedral de mi concha. La luz

inesperada te encandila. Esta carne, mi querida, siempre

invisible como el húmedo

costado de las piedras, el hemisferio

oculto de la luna, te sorprende

con su brillo, la pequeña

cúpula, exacta

miniatura de Santa Sofía

con su anillo de ventanas abiertas

al Sol Mediterráneo.

Un lenguaje femenino tendría

tantos sinónimos para rosa/lleno de luz/sagrado

como tienen los esquimales

para la palabra nieve. Azorada

cambias la linterna de una

a otra mano, temblando. Una orgía

de velas. Lourdes a mediados de agosto. Una ráfaga

de alientos audibles, un desborde

sagrado, y

mira:

una lágrima

se forma en el único ojo, encarnada

y católica. Tú también, mi querida, estás

plegada, límpida

rodeando un templo lleno de luz, acabada

con íconos milagrosos, derramando

sus lágrimas perfectas, en contacto

con los hemisferios ocultos

la cúpula del cíclope,

nuestra luna.

 

THERE ARE PEOPLE WHO DO NOT EXPLORE 

THE INSIDE OF FLOWERS… 

 

Sandra Hochman

 

With the clear

plastic speculum, transparent

and when inserted, pink like the convex

carapace of a prawn, flashlight in hand, I

guide you

inside the small

cathedral of my cunt. THe unexpected

light dazzles you. This flesh, my darling, always

invisible like the wet

side of stones, the hidden

hemisphere of the moon, startles you

with its brilliance, the little

dome a spitting

miniature of the Haghia Sophia

with its circle of openings

to the Mediterranean Sun.

A woman-made language would

have as many synonyms for pink/light-filled/holy as

the Eskimo does

for snow. Speechless, you

shift the flashlight from

hand to hand, flickering. An orgy

of candles. Lourdes in mid-August. A flurry of

audible breaths, a seething

of holiness, and

behold

a tear

forms in the single eye, carmine

and catholic. You too, my darling, are

folded, clean

round a light-filled temple, complete

with miraculous icon, shedding

her perfect tears, in touch

with the hidden hemispheres

the dome

of our cyclops moon.

Portada de CONTÉSTAME, BAILA MI DANZA, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 1984


María Negroni

(Rosario, Argentina) publicó numerosos libros, entre otros: Arte y Fuga, Cantar la nada, Elegía Joseph Cornell, Interludio en Berlín, Exilium, Objeto Satie y Archivo Dickinson (poesía); Ciudad Gótica, Museo Negro, El testigo lúcido, Galería Fantástica, Pequeño Mundo Ilustrado y El arte del error (ensayo); El sueño de Úrsula y La Anunciación (ficción). Obtuvo la Beca Guggenheim en poesía y el Premio Internacional de Ensayo Siglo XXI, su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, sueco y portugués.

Islandia (primera edición Monte Ávila Editores, 1994) recibió, por su versión en inglés (Station Hil Press, 2001), el Premio al Mejor Libro de Poesía en Traducción del año del PEN American Center (Nueva York, 2002). Actualmente dirige la Maestría en Escritura Creativa de la UNTREF.

 

Diana Bellessi

Nació en Zavalla, Santa Fe, Argentina, en 1946. Estudió la carrera de filosofía en la Universidad Nacional del Litoral. A finales de los años sesenta recorrió a pie toda América, a lo largo de más de seis años. En 1972 publicó en Ecuador su primer libro de poemas, Destino y propagaciones. En 1975 regresó a Buenos Aires, y en 1981 consiguió publicar Crucero ecuatorial. Desde muy joven se identificó con las tesis feministas, aunque literariamente siempre ha negado la existencia de una poesía femenina específica. Formó parte de la redacción de la revista Revista Feminaria desde su fundación en el Consejo de dirección. Perteneció también a la redacción de Diario de Poesía hasta 1991 y fue una de las fundadoras de la cooperativa editorial Nusud. Durante dos años trabajó en talleres de escritura en las cárceles de su ciudad de residencia (Buenos Aires). Ha traducido a poetas como Ursula K. Le Guin, Denise Levertov, Adrienne Rich y Olga Broumas. En 1993 consiguió la beca Guggenheim en poesía, y en 1996 la Beca Trayectoria en las Artes de la Fundación Antorchas. Reside en la ciudad de Buenos Aires, trabajando en formación y supervisión literaria. En 2004 obtuvo el Premio Konex – Diploma al Mérito en la disciplina Poesía: Quinquenio 1999 – 2003, otorgado por la Fundación Konex. Fue galardonado nuevamente con el mismo premios en 2014, esta vez por el Quinquenio 2009-2013. En 2009, la editorial  Adriana Hidalgo publicó su obra reunida: Tener lo que se tiene. En 2011 ganó el Premio Nacional de Poesía.  

 

Editorial Bajo la luna:  bajo la luna/ editorial   IG: @editorialbajolaluna

Editorial Salta el Pez: https://www.saltaelpez.com/ IG: @saltaelpez