Untitled, 2018 @KimChong-hak
BREVE DOSSIER COREANO
NOT YET K POP
María Leguizamón
El hang geul es el alfabeto coreano. A diferencia del idioma chino, donde cada símbolo representa una palabra, el idioma coreano se compone de consonantes y vocales que al reunirse crean una sílaba, y éstas, a su vez, dan vida a la palabra.
La lengua coreana fue creada para aprender a leer y escribir. En el siglo XV, el Rey Sejong el Grande (세종대왕) reunió a sus científicos y letrados con el fin de crear una lengua para su pueblo. Hasta ese momento el idioma solo se transmitía por vía oral y se usaba la escritura china, pero estaba reservada para las clases altas y nobiliarias, únicos estratos de acceso al conocimiento.
Proponemos aquí dar un paso fuera de nuestro rico mapa literario para abrevar en textos de la literatura coreana. Un juego de idiomas como espejos cara a cara, quizás la construcción de imágenes infinitas, una línea especular de una lengua remota en la cual reflejarse. Argentina y Corea en un encuentro de lenguas que se abisman; y en ese acto se reconocen inquietantemente familiares. Un nuevo alfabeto, su red de percepción del universo; obsesiones y preguntas.
Este breve dossier coreano reúne lo maldito, y ya clásico, con lo contemporáneo. Yi Sang, el poeta icónico y Han Kang, una narradora que aún despliega las alas y desembrolla el nudo de su escritura. Presentamos dos versiones de una selección de poemas de Yi Sang: en español rioplatense, traducción a cargo de Nicolás Braessas, y en portuñol salvaje, por Douglas Diegues; cortesía de la editorial Hwarang, primera editorial argentina dedicada a la difusión de textos que provienen de Corea.
De Han Kang, con traducción de Yoon Sun-me, seleccionamos un fragmento de La vegetariana. Agradecemos a Editorial Bajo la Luna, quien editó por primera vez en español esta novela, en 2012. Su autora, a su vez cuenta que de joven se obsesionó con un verso de de Yi Sang: “Creo que los humanos deberían ser plantas”. Resultó ser esta frase el punto de partida de la novela.
En este siglo XXI el concepto de weltliteratur, literatura universal, cobra nuevos matices. Abrevar en textos tan remotos como sus tradiciones, nos acercan lo Otro, transformando nuestra pequeña y porosa identidad . Aquí encontrarán una módica aproximación a la vasta historia de la literatura coreana.
Imagen @KimChong-hak
YI SANG
烏瞰圖이상
烏瞰圖 詩第四號 (4)
患者의容態에關한問題.
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診斷 0 : 1
26.10.1931
以上 責任醫師 李 箱
烏瞰圖 詩第五號 (5)
某後左右를除하는唯一의痕跡에잇서서
翼殷不逝 目大不覩
胖矮小形의神의眼前에我前落傷한故事를有함.
臟腑타는것은浸水된畜舍와區別될수잇슬는가.
烏瞰圖 詩第六號 (6)
鸚鵡 | ※ 二匹 |
二匹
※ 鸚鵡는哺乳類에屬하느니라. |
내가二匹을아아는것은내가二匹을아알지못하는것이니라. 勿論나는希望할것이니라.
鸚鵡 | 二匹 |
『이小姐는紳士李箱의夫人이냐』 『그러타』
나는거기서鸚鵡가怒한것을보앗느니라. 나는붓그러워서 얼골이붉어젓섯겠느니라.
鸚鵡 | 二匹 |
二匹 |
勿論나는追放당하였느니라. 追放당할것까지도업시自退하얏느니라. 나의體軀는中軸을喪尖하고또相當히蹌踉하야그랫든지나는微微하게涕泣하얏느니라.
『저기가저기지』『나』『나의—아—너와나』
『나』
sCANDAL이라는것은무엇이냐. 『너』『너구나』
『너지』『너다』『아니다 너로구나』 나는함뿍저저서그래서獸類처럼逃亡하얏느니라. 勿論그것을아아는사람은或은보는사람은업섯지만그러나果然그럴는지그것조차그럴는지.
烏瞰圖 詩第七號 (7)
久遠謫居의地의一枝·一枝에피는顯花·特異한四月의花草·三十輪·三十輪에前後되는兩側의 明鏡·萌芽와갓치戱戱하는地平을向하야금시금시落魄하는滿月·淸㵎의氣가운데 滿身瘡痍의滿月이劓刑當하야渾淪하는·謫居의地를貫流하는一封家信·나는僅僅히遮戴하얏드라·濛濛한月芽·靜謐을蓋掩하는大氣圈의遙遠·巨大한困憊가운데의一年四月의空洞·槃散顚倒하는星座와 星座의千裂된死胡同을跑逃하는巨大한風雪·降霾·血紅으로染色된岩鹽의粉碎·나의腦를避雷針삼아 沈下搬過되는光彩淋漓한亡骸·나는塔配하는독사와가치 地平에植樹되어다시는起動할수업섯드라·天亮이올때까지
烏瞰圖 詩第十號 나비 (10)
찌저진壁紙에죽어가는나비를본다.그것은幽界에絡繹되는秘密한通話口다.어느날거울가운데의鬚髥에죽어가는나비를본다.날개축처어진나비는입김에어리는가난한이슬을먹는다.通話口를손바닥으로꼭막으면서내가죽으면안젓다일어서듯키나비도날아가리라.이런말이決코밖으로새여나가지는안케한다.
烏瞰圖 詩第十一號 (11)
그사기컵은내骸骨과흡사하다. 내가그컵을손으로꼭쥐엿슬때내팔에서는난데없는팔하나가接木처럼도치더니그팔에달린손은그사기컵을번쩍들어마룻바닥에메여부딧는다. 내팔은그사기컵을死守하고잇스니散散이깨어진것은그럼그사기컵과흡사한내骸骨이다. 가지낫든팔은배암과같이내팔로기어들기前에내팔이或움즉엿든들洪水를막은白紙는찌저젓으리라. 그러나내팔은如前히그사기컵을死守한다.
Flower @KimChong-hak
A VISTA DE CUERVO
Traducción al español rioplatensepor Nicolás Braessas
Poema IV
El problema sobre el estado del paciente
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El diagnóstico 0 : 1
26.10.1931
Médico Responsable Yi sang
Poema V
La única huella donde se sustrae la izquierda y la derecha, lo anterior y lo posterior
Las alas son grandes pero no pueden volar, los ojos son grandes pero no pueden ver con claridad
Frente al dios pequeño y rechoncho caí y sufrí una herida
¿Pueden diferenciarse las vísceras y órganos zang fu de un establo inundado?
Poema VI
Loro ※ dos animales
dos animales
※ el loro pertenece a los mamíferos
conocer a los dos es no conocer a los dos. Por supuesto deseo conocerlos
Loro dos animales
“¿esta joven es la esposa de Yi Sang?” “Así es”
Observé al loro enojado. La cara se me puso roja de vergüenza
Loro dos animales
dos animales
Por supuesto, me expulsaron. No llego a ser una expulsión, abandoné. Mi cuerpo perdió su eje y también se fue llorando un poco.
“Allí es allí” “Yo” “Mi -ah- vos y yo”
“Yo”
¿Qué es un sCANDAL? “Vos” “Sos vos”
“¿Sos vos?” “Sos vos” “No, sos vos” Estaba mojado, empapado y por eso hui como una bestia. Por supuesto, nadie supo de esto, nadie lo vio, sin embargo, me pregunto si eso realmente sucedió o no sucedió.
Poema VII
Una rama en esta tierra de eterno destierro · una flor brota de la rama · flor de un abril único · 30 ruedas · espejos a ambos lados de las 30 ruedas · la luna llena estupefacta desciende hacia un horizonte risible como un brote · Por los valles montañosos, por el cielo acuoso, la luna malherida fue sentenciada a que le amputen la nariz · una carta familiar fluye hacia esta tierra de destierro · apenas logro refugiarme · brumosa luna creciente · atmósfera distante cubre la quietud · un año y cuatro meses exhausto en una caverna vacía · las constelaciones tambalean, caen y explotan; el inmenso temporal de nieve se escapa y bloquea el callejón sin salida mortal · una tormenta de arena desciende · se pulverizan las rocas de sal teñidas de rojo sangre · Por mi cerebro, como por un pararrayos, se descarga la luz de un esqueleto empapado · yo estaba atrapado en la tierra cual serpiente venenosa en su torre, sin poder moverme · hasta que llegue el cielo brillante
Poema X
Mariposa
– La mariposa con las alas rotas bebe el rocío miserable de mi cálido aliento. Si tapo la boca con la mano y muero, la mariposa se irá volando como si luego de descansar se levantara. Nunca dejaré que estas palabras se filtren al exterior.
Poema XI
La taza de porcelana se parece a mi cráneo. Cuando la agarré, me brotó del brazo otro brazo, como un injerto. El brazo agarró la taza, la levantó y la estrelló contra el suelo. Mi brazo protegía a toda costa la taza, así que los pedazos hechos añicos deben ser mi cráneo, que se parece a la taza. Si hubiese movido el brazo antes de que el brazo-injerto se enroscara en mí como una serpiente, el papel blanco que bloqueaba la inundación se habría desgarrado. Sin embargo mi brazo seguía defendiendo la taza a toda costa.
Imagen @KimChong-hak
OJO DE KORVO
Transyisánginbentado al portunhol selvagem por Douglas Diegues
POEMA N.4
Problema relativo a la kara del paciente
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Diagnóstico 0:1
26.10.1931
Lo assigna el Médico Responsabélle Yi Sáng
POEMA N.5
Del único vestígio para conseguir eliminar
lo después lo antes lo a la derecha lo a la izquierda.
I am aquele que non vuela mismo com grandes alas
y cuyos ojos nunca podem ver grandote.
Delante del dios de las formas atarracadas, outrora me
machuquei después duma queda.
Organos vísceras, posibelle será por si acaso distinguirlos
de um estábulo naufragado?
POEMA N.6
Papagayo 2 bichos
2 bichos
El papagayo pertence a la classe de los mamíferos.
Saber de los 2 es non saber dos 3. Quiero conocerlos non voy a perder la esperanza.
Papagayo 2 bichos
“Esta yiyicita es la mujer del caballero Yi Sang?” “Yes.”
Vi el papagayo con rábia. Debo haber quedado con la cara bermeja de bergüenza.
Papagayo 2 bichos
2 bichos
Por supuesto fui expulso. Non foi bem uma expulsión, yo había caído fuera. Mio corpo perdeu seu centro. Por um bom tiempo ficou en bola llorando un poquito.
“Alli es ali, yes?” “Yo” “Mio – ah – vos y eu”
“Yo”
esKANDALETTI que que es isso afinal? “Vos” “Sos você mismo”
“Sos vos, yes?” “Sos você” “Non, sos você mesmo”
Estaba todido mojado y me mandei como um animalaccio. Logicamente non habia ninguém que susupipieraera ou estiviesse viendo isso pero non puedo saber si es realmente assim ou assado.
POEMA N.7
Um ramo nesta tierra de remoto desterro • del ramo
se abre una flor • uma flor dum abril que non se repite • 30 rodas •
espejos en los dos lados de las 30 rodas • la luna llena cae
agora como flor sobre el horizonte risibelle como um broto •
Por los vales escarpados, por el cielo de água, la luna llena
toda estropeada desmorona con la nariz decapitada • uma carta da
família cruza la tierra del destierro • mal consigo esconderme
de los louvores • desbotado broto de luna crescentev• distancias
atmosfericas cobrem la quietud • um año y quatro meses cansado
dentro de uma gran cueva • constelaciones mancam, tropiezan,
explodem em mil pedazos, o termporal gigante de nieve se escapa
y bloquea la rua sem saída • uma tempestade de arena cai • piedrasal
pintada de bermejo-sangre pulverizándose • Por mi cabeza-pararayo
baja la luz de unos restos mortales empapados • yo estaba exiliado
en la tower como uma mbói venenosa en la tower, terminei plantado
nel horizonte y nunca mais me pude mover • hasta que baje
la gracia de los cielos.
NOTA DEL TRADUCTOR
Mbói quiere decir víbora em guaraní paraguayensis.
POEMA N.10
LA BORBOLETA
Puedo ver uma borboleta que agoniza nel papel de pared roto.
Es un infinito pasaje secreto para el otro mundo.
Puedo ver uma borboleta que agoniza na barba que surge
nel centro do espejo. La borboleta de alas caídas bebe
um pobre rocio que se cristaliza en mi aliento. Si tapasse
la boca con la palma de la mano y me muriera, la borboleta
iba salir volando como quem hace la siesta y de pronto se levanta.
Nunca permitiré que estas palabras rebosen
POEMA N.11
Aquela taza de porcelana parece mio krâneo. Kuando
la tuve en la mano, um nuevo brazo brotou de mio brazo como
se fuêsse um exerto y la mano que pendia en la punta
daquele brazo levantou bien alto la taza y la jogou kontra el suelo.
Mio brazo protege de la muerte aquela taza y entón lo que
se hizo añicos es mio krâneo parecido a la taza. Se mio brazo
se houvesse movido antes que el brazo ramificado se enroscasse
em mio brazo como uma víbora, el papel blanco que retenía las
inundaciones se habería rompido. Mesmo assim, mio brazo
continua a proteger de la morte aquela taza.
Yi Sang
(Corea, 1910-1937). En palabras de Nicolás Braessas: “es el mejor poeta coreano del siglo XX, revolucionó la poesía coreana y creó un estilo sin seguidores porque la literatura coreana tomó otro camino y quedó como un raro, como indica su seudónimo: “Yisang” significa “extraño” en coreano. Su verdadero nombre es Kim Hae-kyoung. Es un autor muy reconocido en Corea del Sur, es como Borges en Argentina.”
Nicolás Braessas
Traductor del coreano y co-fundador de la editorial Hwarang, donde se editó “A vista de cuervo” de Yi Sang.
Douglas Diegues
(1965) nació del amor de una madre paraguaya y un padre brasileño en Río de Janeiro, pero vivió la infancia y parte de la adolescencia en las fronteras desconocidas de Brasil con Paraguay. Autor de Dá gusto andar desnudo por estas selvas: sonetos salvajes (2002, Brasil), considerado el primer libro de poemas en portuñol publicado en el ámbito de la literatura hispanoamericana. Con editorial Eloísa Cartonera, publicó Uma flor na solapa da miseria, El astronauta paraguayo y la versión pocket de Triple Frontera Dreams. Fundador de Yiyi Jambo Cartonera, la primera cartonera paraguaya, en Asunción, en donde vivió entre 2007 y 2010.
Ha colaborado en diversas publicaciones literarias en Brasil, Paraguay y Argentina, y organizado el libro Kosmofonia Mbyá Guaraní (2007) sobre el origen mítico del sonido y de la palabra entre los guaraní Mbyá. En 2015 su libro Tudo lo que você non sabe es mucho más que todo lo que você sabe fue publicado en ediciones cartoneras en Brasil, Chile, Perú, México, Argentina y España simultáneamente. Textos suyos fueron publicados también en las antologías Los chongos de Roa Bastos (Argentina) y Neues vom Fluss: Junge Literatur aus Argentinien, Uruguay und Paraguay (Alemania).
Landscape of Mt. Seorak 2001 @KimChong-hak
HAN KANG
Traducción: Sun-me Yoon
La vegetariana
(Fragmento)
La puerta del estudio estaba cerrada. Los domingos por la tarde era el único momento de la semana que podía trabajar solo en el taller. En ese espacio de unos veintiséis metros cuadrados que proporcionaba una corporación en el subsuelo del edificio de la oficina matriz, en el marco de la campaña de mecenazgo artístico que desplegaban las compañías, trabajaban cuatro artistas del videoarte, provisto cada uno de ellos de una computadora. Ya era de agradecer que se pudieran utilizar gratis los costosos equipos, pero debido a su carácter susceptible que podía concentrarse solamente cuando estaba solo, no pasaba pocas molestias.
La puerta se abrió con un sonido alegre. Tanteando la pared en la oscuridad encendió la luz. Cerró la puerta, se quitó la gorra de béisbol y la chaqueta, dejó la cartera en el suelo y con las dos manos puestas sobre la boca se quedó un rato de pie en medio del angosto pasillo del estudio. A continuación, se sentó frente a la computadora y se sostuvo la frente con las manos. Abrió la cartera y sacó el programa del espectáculo, el cuaderno de bocetos y la cinta maestra. Ésta tenía pegada una etiqueta con su nombre, dirección y número de teléfono, y contenía todos los trabajos originales de videoarte que había hecho en los últimos diez años. Ya hacía dos años que había guardado en esa cinta su última obra. Dos años no era un intervalo de descanso que se pudiera llamar fatal, pero era suficiente tiempo para poner ansioso a cualquier artista.
Abrió el cuaderno de bocetos. Había decenas de dibujos, que si bien eran completamente diferentes en atmósfera y estilo al afiche del espectáculo, compartían la misma idea. En los cuerpos desnudos de hombres y mujeres había pintados flores suaves y rendondas y sus poses de unión eran bastante provocativas. Muslos con los músculos tensos, nalgas contraídas… Si no fueran torsos escuálidos como de bailarines, hubieran sido confundidos con meros dibujos pornográficos. Sus cuerpos –los rostros no estaban dibujados– eran tan firmes y serenos que neutralizaban lo provocativo de las situaciones.
La imagen lo asaltó de pleno. Fue el invierno pasado, cuando presintió que se estaba por acabar un año entero de vacío creativo, cuando sintió que una energía se removía en su vientre y comenzaba a subir dentro suyo. Entonces no imaginó que sería una imagen tan demoledora. Los trabajos que había hecho antes, habían sido sumamente realistas. A él, que había expresado con gráficos de tres dimensiones e imágenes documentales la vida cotidiana gastada y desgarrada de los hombres en la sociedad del capitalismo tardío, esa imagen voluptuosa, meramente voluptuosa, le pareció al principio monstruosa.
La imagen podría no haberle venido nunca, si su mujer no le hubiera pedido ese domingo por la tarde que bañara a su hijo. Si después que salió del baño cubriéndolo con una toalla grande, él no le hubiera preguntado a su mujer que le ponía los calzoncillos al niño: “Todavía tiene la mancha mongólica bastante grande. ¿Cuándo le desaparecerá?” Si su mujer no hubiera respondido sin pensar: “Pues, no lo sé exactamente. Yeonghye, por ejemplo, la tenía todavía a los veinte”. Si cuando él preguntó: “¿A los veinte?”, ella no le hubiera respondido: “Sí, del tamaño del dedo pulgar y de color verdosa. La tenía entonces, así que debe tenerla todavía”. La imagen de una flor verdeazulada floreciendo en medio de las nalgas de una mujer lo asaltó en ese instante. El hecho de que su cuñada tuviera todavía la mancha mongólica en el trasero y la imagen de un hombre y una mujer copulando desnudos y con los cuerpos pintados de flores se le quedaron grabados en la cabeza en una incomprensible, pero exacta y clara relación de causa y efecto.
La mujer de sus bocetos no tenía rostro, pero era su cuñada. Mejor dicho, tenía que ser su cuñada. Cuando los había dibujado por primera vez, imaginando su cuerpo desnudo que nunca había visto y estampando en medio de sus nalgas una pequeña mancha verdosa como un pétalo, había experimentado un ligero estremecimiento, al mismo tiempo que una erección. Era un fuerte deseo sexual hacia un objeto definido que no sentía desde que se había casado. En particular, era casi la primera vez que experimentaba algo semejante desde los treinta y tantos años. Entonces, ¿quién era el hombre sin rostro que abrazaba a la mujer como si la ahorcara y la penetraba sentado? Él sabía que era él, que no podía ser otro que él mismo. Cuando sus pensamientos lo llevaron a esa conclusión, su cara se retorció.
(…)
Al otro lado del vidrio del parabrisas de la ambulancia, se despliega el frondoso bosque de verano. Bajo el sol que ha salido a la tarde, todas las hojas de los árboles mojadas por la lluvia brillan intensamente como si hubieran nacido de nuevo.
Ella acomoda los cabellos aún empapados de Yeonghye detrás de las orejas. Como le había dicho Heeju, su cuerpo no pesaba nada. La piel, cubierta de un fino vello como los bebés, era blanca y suave. Mientras le enjabonaba la espalda, en donde le sobresalían cada una de sus vértebras, se acuerda de las innumerables veces que se bañó con ella cuando eran niñas, limpiándole la espalda y lavándole los cabellos.
Como si hubiera vuelto a aquellos tiempos, ella acaricia los finos y debilitados cabellos de Yeonghye. En el instante en que piensa que se parecen a los cabellos de Jiwu cuando estaba en pañales, le parece que los tiernos dedos del niño rozan sus cejas y se queda confundida.
Del interior del bolso saca el celular, que ha dejado apagado todo el día, y lo enciende, para marcar a continuación el número de su vecina.
–Hola, soy la mamá de Jiwu… Es que estoy en el hospital a causa de una pariente… Sí, pero me surgió un inconveniente… No, a las cinco y cincuenta llega a la puerta del edificio el autobús de la guardería… Sí, llega siempre a esa hora más o menos… No me retrasaré mucho… Si se me hace muy tarde, lo iré a buscar para llevármelo al hospital… ¿Cómo voy a dejarlo que duerma en su casa?… De verdad, muchísimas gracias…. Sabe mi número, ¿verdad?… Sí, volveré a llamar más tarde…
Mientras cierra el celular, se da cuenta que hacía mucho tiempo que no dejaba a Jiwu en manos de otra persona. Después que se había marchado su marido, había cumplido a rajatabla la regla de pasar con el niño todas las tardes y fines de semana.
Una profunda arruga cruza su frente. Sintiendo que la vence un repentino sueño, reclina la espalda en la ventanilla de la ambulancia. Con los ojos cerrados, ella piensa.
Jiwu crecerá muy pronto. Aprenderá a leer y tomará contacto con otras personas. Algún día, cuando transmitido de boca en boca, llegue a los oídos del niño lo sucedido, ¿cómo se lo explicará? Aunque Jiwu era sensible por naturaleza y se enfermaba a menudo, había crecido hasta ahora con un carácter alegre. ¿Podría hacer que se conservase así?
Ella trae a su memoria los cuerpos desnudos y enredados como hiedras. Sin duda, eran imágenes que la habían conmocionado. Sin embargo, extrañamente, a medida que pasaba el tiempo, lo recordaba cada vez menos como algo sexual. Sus cuerpos, cubiertos de flores, hojas y ramas verdes, se veían ajenos, como si ya no fueran seres humanos. Sus movimientos parecían forcejeos para dejar de ser personas. ¿Con qué intención había querido su marido hacer una filmación así? ¿Con qué intención lo había apostado todo a esa extraña y desolada filmación y lo había perdido todo?
–… tu foto se voló con el viento. Miré para arriba y estaba volando un pajarito. Escuché que el pajarito decía: “Soy mamá…” Al pajarito le salieron entonces dos brazos…
Así había dicho Jiwu hace mucho tiempo, cuando todavía no hablaba bien, con los ojos entrecerrados y todavía no despierto del todo. Ella se sorprendió al descubrirle la vaga sonrisa que solía esbozar el niño cuando estaba a punto de llorar.
–Pero, ¿por qué es un sueño triste? ¿Cómo era el pájaro? ¿De qué color era?
Acostado en la cama, Jiwu se restregaba los ojos con los puños.
–Blanco… Sí, era bonito –respondió el niño con un sollozo entrecortado y enterrando la cara en su pecho.
Como ocurría cuando el niño se esforzaba demasiado en hacerle reír, ese llanto la dejó sin saber qué hacer. El niño no buscaba ayuda ni que le prestara atención a un requerimiento. Simplemente lloraba sin hacer ruido porque se sentía triste.
–Ah, entonces era un pajarito mamá –le dijo ella, como consolándolo.
Jiwu asintió con la cabeza todavía enterrada en su seno. Ella le levantó la cara cogiéndola con sus dos manos.
–Mira, mami está aquí. No me he convertido en un pajarito blanco, ¿verdad? –una sonrisa asomó vagamente en la carita del niño, mojada como un cachorrito–. ¿Lo ves? Es sólo un sueño.
¿En verdad lo era? Se lo preguntó para sus adentros en ese instante. ¿Era sólo un sueño? ¿Una mera coincidencia? Esto había ocurrido la misma mañana que, vestida con la desteñida camiseta violeta, ella había regresado de los árboles que se levantaban sobre la montaña vecina mientras subían los albores del día.
“Es sólo un sueño.” Era lo que decía en voz alta cada vez que se acordaba de la cara que tenía Jiwu ese día.
Sorprendida por su propia voz, ella abre grandes los ojos y mira precipitadamente a izquierda y derecha. La ambulancia sigue recorriendo velozmente el camino en bajada. Su mano, que se acomoda los cabellos despeinados, tiembla visiblemente.
No se puede explicar cómo pensó en abandonar al niño tan fácilmente. Debido a que fue una cruel irresponsabilidad que ni ella misma puede entender, no se lo puede confesar a nadie ni pedir perdón por ello. Simplemente lo que siente con el sentido de la verdad, frío hasta dar escalofríos, es que si su marido y Yeonghye no hubieran atravesado los límites de ese modo, si no hubieran desmoronado todas las cosas como una montaña de arena, quizá la persona que se hubiera derrumbado habría sido ella. Y que si se hubiera derrumbado, no habría podido volver. Entonces, la sangre que había vomitado Yeonghye, ¿debería haber brotado de su propio pecho?
Yeonghye lanza un quejido como si fuera a despertarse. Por miedo a que vomite sangre de nuevo, ella saca rápidamente su pañuelo y se lo acerca a la boca.
En lugar de vomitar, Yeonghye abre los ojos. Sus negras pupilas se fijan en ella. ¿Qué se estaría debatiendo detrás de esos ojos? ¿Qué tipo de terror, ira, dolor o infierno que ella desconoce se agazaparía?
–Yeonghye… –la llama con tono mustio.
–Mm… mm… –pronuncia Yeonghye, no como si quisiera responder a su llamado sino como si se resistiera a responder, y torna la vista.
Ella extiende su mano temblorosa, pero enseguida la baja. Se muerde fuertemente los labios, pues repentinamente se ha acordado de esa madrugada que bajó por el sendero de montaña.
El rocío que empapaba sus sandalias le transmitía frío a sus pies desnudos. Ella no lloró ni nada parecido, pues no podía comprender qué quería decirle esa humedad fría que humedecía su cuerpo deshilachado y se subía por sus venas resecas. Simplemente todo eso se filtraba dentro de su cuerpo y la calaba hasta los huesos.
–Todo esto… –le susurra a Yeonghye de pronto, abriendo la boca.
El vehículo se sacude al atravesar un bache del camino. Haciendo fuerza con las manos, coge a Yeonghye de los hombros y sigue diciéndole:
–…. quizá no sea más que un sueño.
Baja la cabeza y, como si estuviera poseída, acerca sus labios bien cerca de la oreja de Yeonghye y le habla marcando cada una de sus palabras:
–… En los sueños, todo parece real, pero cuando te despiertas, te das cuenta que no es así… Así que, cuando despertemos algún día, entonces…
Ella levanta la cabeza. La ambulancia está atravesando la última curva del camino montañoso. Se ve a un pájaro negro que parece un milano volando hacia los nubarrones. Heridos por un penetrante rayo de sol estival, sus ojos no pueden seguir acompañando sus aleteos.
En silencio, ella respira profundamente. Mira con fiereza a los árboles que arden a la vera del camino, mira las verdes llamas que se agitan como innumerables bestias erectas. Como si esperara una respuesta, mejor dicho, como si hiciera un reclamo, su mirada es oscura y persistente.
Imagen @KimChong-hak
La Vegetariana fue publicado por la Editorial Bajo la luna en el año 2012.
Han Kang
(en coreano, 한강; n. Gwangju, 27 de noviembre de 1970) es una escritora surcoreana. Ganó el Premio Man Booker International de ficción en 2016 por La vegetariana (Chaesikjuuija). Otros libros traducidos al español son: Actos humanos (Editorial Rata, 2018) y Blanco (Editorial Rata, 2020).
Soon me Yoon
Nació en Corea pero se mudó a la Argentina a los cinco años de edad. Estudió Letras en la UBA y luego se doctoró en la Universidad Complutense de Madrid. En 1997 retornó a Corea. Es la traductora oficial de Han Kang al español. También publicó los libros “¿Por qué te empeñas en sufrir así?” (Editorial Hwarang, 2019), “Almendra” (Editorial Planeta, 2020). Trabaja en el Instituto de Traducción de Literatura de Corea, organización gubernamental que tiene como objetivo difundir la literatura coreana alrededor del mundo. También la podemos escuchar en su faceta periodística en el servicio en español de KBS World Radio.