PARIR ENCUARENTENA


MARÍA LEGUIZAMÓN

“Cuando atrapas un pez que te gusta, incluso aunque sea pequeño -un fragmento de una idea- ese pez te conducirá a otro y todos se engancharán en el primero. Pero todo empieza con el deseo”.
David Lynch, Atrapa el pez dorado

 

Muchas razones me llevaron a concebir este proyecto.

En enero de 2017 me dije: quiero hacer una revista que se llame ORGYIA. Me imaginaba la fuerza del trabajo colectivo.
La potencia de lenguas reunidas y montadas unas con otras, unas en otras.

Orgyia es una revista en estado de viaje. No me refiero solo a transitar o traspasar fronteras geopolíticas sino al cruce que sucede en las emociones y el pensamiento al leer y descubrir otras escrituras, otras lenguas. Luego irrumpe el deseo de escribir, leer, volver a intentar escribir.
En ese devenir se fue gestando esta estructura orgiástica. Un sitio posible para la apertura, la yuxtaposición de ideas e imágenes, voces, para la rebelión de las lenguas, en los lenguajes y contra ellos.

2020: es el año en que vivimos en peligro.
2020: es el año en que damos comienzo a revista ORGYIA.

ORGYIA es el nombre de una polilla, quizás nunca una mariposa. La escritura apenas una larva. El lenguaje larva.
Y también es la fiesta del lenguaje, en la que todo comportamiento escrito es válido.
Deleuze en Mil Mesetas dice: “las relaciones de los animales entre sí no solo son objeto de ciencia, sino también objeto de sueño, objeto de simbolismo, objeto de arte o de poesía”.

Lector/a: deseo que este número pueda llegar a usted. Sepa, no estoy interesada en la reproducción de las élites intelectuales. Esto no es una revista literaria académica, esto es un experimento de montaje. Un artefacto cultural que desea reunir textos y escritores y escritoras de todas las latitudes. Literatura y cine, teatro, fotografía, imagen, música, son los pilares de nuestro laboratorio. Y un énfasis especial puesto en ciertas obras de los lenguajes marginales y menos reconocidos. Todos los lenguajes que nutren a la literatura.

Estoy muy agradecida.
Con Guadalupe Wernicke, con quien pensamos y produjimos el primer número. Con Ana Abbate, que se sumó a esta aventura en el mes de agosto 2020 y es un pilar para que las cosas funcionen.
Con cada miembro del comité editorial, y cada colaborador/a que confió, se entusiasmó y puso manos a la obra.
Agradezco a Ezequiel Cafaro por su paciencia y lúcido diseño.
A María Negroni. Por haberme escuchado cuando aún no tenía más que un manojo de ideas y por algunas palabras que guardo para mí pero fueron cruciales para saber qué rumbo tomar.
A Eugenio Valentini, Victoria Rico, Rodrigo Furth, Matias Bertelli, Agnes Sibileau, Alicia Nader, Silvia Rubinson, Juli-Vivi-Marian, Federico Coringrato.

Y le agradezco a Matías, mi hijo de seis años, porque cuando sus ojos gigantes detectan una imagen, sugiere: esta es muy interesante, mami, pero esa no me gusta nada.
Desde esa forma de mirar, libre y aguda, me interesa concebir esta revista. Espero poder darla a conocer de ese modo. Y que así la reciban.

Este primer número es un experimento de montaje orgyíastico.
¡Qué lo disfruten! Es fogoso y generoso. Como cada uno de sus textos.

¡A vuestra (y nuestra) salud!

María Leguizamón